Las «mañas» que no quiero que se me peguen nunca.
La verdad, es que para sobrevivir con paciencia nos hacemos de muchísimas mañas. Unas buenas, otras malas y una que otra hasta ilegal.
Esta no es mi opinión sobre esos refranes de «el que no tranza, no avanza», ni nada por el estilo. Es una crítica a esos pequeños detalles que no dañan a nadie, pero que ah como molestan cuando estas del otro lado.
Regresé al pasado, fui al banco. A pesar de ser cliente de varios bancos, como buen millenial, hago uso de todas las herramientas posibles para evitar aparecerme en las sucursales y sufrir con el sistema. Parecía mucho más organizado, ahora con un sistema que te da un boleto según el tipo de operación que vas a hacer y el tipo de cuenta que tienes, pues te clasifican con tu tarjeta de crédito o débito. Tanta tecnología y me encontré sentado entre un montón de sillas con un montón de personas esperando, todos con un ticket con un código sin orden alguno… Que ironía. Hay cosas que nunca cambian y al parecer hay que regresar al pasado para hacer algunos trámites; ir al banco, tomar un ticket y esperar.
Esperando y esperando vi de todo, señoras quejándose, un policía pidiendo atentamente a los clientes que no usaran el celular, banqueros amargados y ejecutivos insoportables. «Paciencia, paciencia, p a c i e n c i a», así estaba yo… frunciendo los dientes, suspirando cada segundo e intentando no usar el celular ¡Era todo un reto esperar! Lo que más me dolió fue darme cuenta que había quienes se acercaban al «host», quien te asesora para tomar tu ticket y esperar, para platicar con él, exponerle su caso y que este interviniera el orden y los pasara antes o les sacara copias para sus trámites, a pesar de que claramente tienen un letrero de «no se sacan copias».
Pensé, esa maña no la quiero nunca. ¿Seré del pasado?
Yo soy de la mentalidad de que las cosas no te afectan hasta que tu permites que así sea; es decir, yo pude pedir al host que no estuviera haciendo eso o en su caso que me pasara a mi también, pero creo que vale más esa «lucha» de esperar con paciencia y buena actitud. No quiero nunca ser ese que tuvo que hacerse de una maña, por no poder esperar unos minutos…
¿A dónde voy con todo esto?
Yo creo que por más malo que sea el sistema del banco, si hay que esperar, esperemos.
Yo creo que si un niño se encuentra una moneda en la calle, por más que haya un montón de gente, debe preguntar de quién es.
Yo creo que si paso por una escuela, debo reducir la velocidad en vez de fijarme a ver si hay policías de tránsito o no.
Y puedo seguir…
Tu maña no tiene que estar mal, ni ser de ayer, para ser tóxica a largo plazo.