Adiós
Decir adiós es mucho más complicado de lo que parece.
No soy bueno en las despedidas, partamos desde ahí. No me gusta decir adiós por que de inmediato empieza la añoranza, los recuerdos, el hubiera y un montón de formas de extrañar.
Podríamos decir que soy una persona que extraña mucho. Extraño mucho las personas que vi ayer, extraño lo que me pasó hace años y podría empezar a extrañar las cosas que se me pudieran empezar a olvidar. Tengo esa extraña tendencia.
Estoy consciente de que decir adiós para muchos también es como el último recurso, la salida más lejana o la decisión más difícil que tomar. Por que decir adiós es mucho más que sólo decirlo, normalmente tiene un costo de oportunidad alto, es difícil. Se necesita haber sentido muchísimo para que ese adiós signifique algo determinante.
Decir adiós también es una grandísima oportunidad.
Yo creo que decir adiós es la oportunidad más grande, es como respirar profundamente y llenarte de tranquilidad. Podríamos decir que «decir adiós» es una muy buena excusa pero la verdad es que lo mejor viene después, cuando te das cuenta que es de verdad, que ya no va a regresar.
Por lo general nos despedimos de cosas que nos gustan mucho, que nos costaron o de las que estamos muy apegados. Cuando digo adiós podría entenderse «Eres lo mejor que me ha pasado» o «Gracias por todo, debo seguir adelante»… Soy una persona que extraña mucho y eso es inevitable.
No soy bueno en las despedidas, pero a veces un adiós es lo mejor que nos podría pasar, por que a partir de ahí todo es incierto y emocionante.
Decir adiós también tiene sus ventajas.
Les dejo este video y los invito a compartirlo… Vamos a decir #Adiós2017


