No soy experto.
Entonces todo el tiempo estamos buscando más. Como si no fuera suficiente con lo mucho que ya tenemos, como si lo poco que tenemos no fuera bastante para que en nuestro poder se sintiese como el infinito. Nos hacemos a la idea de que nada es suficiente, que somos tan fuertes, que podemos con todo, que somos infinito, cuando nuestro todo realmente lo es, pero por buscar más, lo hacemos poco y no nos damos cuenta.
Si bien con los años aprendemos muchas cosas y nos vamos acentuando cada vez más en las materias o temáticas que más nos interesan, me sorprende la capacidad que desarrollamos para hacernos a prueba de cualquier comentario o cuestionamiento sobre algo en lo que nos consideramos expertos.
Creo que todo el tiempo estamos aprendiendo y en el momento en el que dejas de hacerlo o crees dejar de hacerlo, todos tus detalles se van editando de manera exponencial a escala de grises.
Aprendemos por naturaleza, nadie nos dijo como abrir los ojos o respirar, es casi un instinto y aunque con los años las cosas por aprender se van tornando cada vez más complicadas o nos van requiriendo más práctica, tiempo o esfuerzo, sigue siendo algo natural; aprendemos por instinto, por que queremos avanzar, por que queremos ser mejores o para masterizar cualquier técnica o disciplina en la que nos desarrollamos.
Por eso declaro que no soy experto en nada. No soy experto en nada, ni tengo la intención de serlo pues creo que al considerarte «experto» te encierras en un sitio donde muy probablemente dejarás de aprender. Lo digo sin la intención de que mi declaración sea considerada un deslindarse del conocimiento o de lo mucho que realmente puedo hacer, si no como una posición en la que no ser experto podría ser más que considerarte serlo.
No soy experto en nada por que amo todo lo que hago y lo quiero seguir haciendo. Amo cada cada una de mis actividades y disfruto hacerlas, me gusta hacerlas bien pero más me gustan los retos en los que tengo que redefinir cada proceso de la ejecución. Quiero recibir cada actividad en mi mente como un «start all over», como un re-descubrimiento del día a día, un disfrutar al máximo la realización de todo lo que hago.
No soy experto en nada por que estoy convencido de que en todo lo que creía ser experto, realmente no lo soy. Por que no creo que exista un patrón, medida, técnica o herramienta para reconocer lo que realmente alguien puede hacer, entonces al yo re-definirme no experto, acepto mi forma de hacer las cosas como un máximo en el que yo trazo el mínimo, donde la medida la pongo yo y el reto es conmigo mismo.
No soy experto en nada por que estoy dispuesto a disfrutarlo todo. Entonces no siento la necesidad de buscar la perfección, sino de encontrar el lugar donde las cosas me conmuevan más, me generen pasión y entrega y que me llevenmás allá de mis límites. Disfrutarlo todo como un hacer todo de corazón, con amor, con intención, con ganas, con la mentalidad de que estas haciendo las cosas con una entrega absoluta sin la intención de alcanzar algún nivel esperado o algo por el estilo.
No soy experto en nada pues quiero hacerlo todo, hacerlo mal, hacerlo bien, aprender de todo, hacerlo de corazón, hacerlo con la mente, pensar más, pensarlo todo, sentir cada momento y sobre todo disfrutar de todo lo que hago como yo lo hago.
No sean expertos.


