Paraíso
En la tarde cansada, sin ruta fija y al parecer sin previo aviso se encontró. No paraba el ruido, entre risas, anécdotas y sonidos de la ciudad… retumbaba en las extremidades con un insaciable sentimiento que no parecía parar.
Paraíso del encuentro ¿Encontrarme? No lo esperaba ¿Encontrarte? Mucho menos… Sabía que íbamos, pero no sabía a dónde y me tomó poco tiempo analizarlo y caer en cuenta. Un experimento inseparable de mis sentimientos, tanta realidad, entendernos así, sabernos de todo fue lo que más me sorprendió. Sanar espacios no había sido así, tan natural paraíso.
Paraíso de las horas más lentas, lentas que ni siquiera cabe espacio para contarlas. No importó el momento, ni habría medida para describir el espacio transcurrido, pero fue tanto, tan poco, tan suficiente. Sin embargo, paraíso, no hubo tiempo, así de lento rápido se fue y lo había todo aunque no pasó nada.
Paraíso de la calma casi imposible que se hizo constante, bajo un amable cielo nublado se asomaba el sol entre líneas, casi a la par de la carcajada, inesperadamente siempre. Amargo trago de verdad me hizo sentir como aquel invento, aquel escrito, aquel poema subrayado, como lo más esperado… Vago pensamiento escondido en el baúl de las locuras. La verdad en su más amarga realidad, dulce me pareció, paraíso de la calma se sentía así.
Saberme lejos me parece insensato sabiendote. Inimaginable órbita, paraíso, encuentro de mis años que colapsó para detener todo y que sin pedazos del pasado me atrapó. Encontrarte y sentirme así ya lo había imaginado y me vuelve loco, repica detrás de mis ojos tu imagen casi borrosa, paraíso es todo.
Es imposible encontrarme de nuevo así, no rechazo la posibilidad de que pudiera no serlo, sin embargo, mejor espérame, pues de no estar ya me he alimentado. Paraíso estaría de nuevo, pero es que sigo aquí… En todo momento entre el imperdible conato de estar y yo mismo.
Paraí-same, sé mi, paraí-same, quédate, paraí-same, sé mi paraíso.


