Todo lo que no sé de ti.
Supe tanto que al final ya no sabía nada, que si la noche ya no era oscura, que si de noche solo soñabas. Supe tanto que me perdía en todo lo que sabía, pues también trataba de entender y buscarme entre todo lo que tu ya sabes. Tengo que sanar cada pedazo de mi recuerdo y entender que realmente no lo sabía todo, no sabía nada, no sé de ti.
Tengo que saberme tus lugares y las cosas que te gustan hacer, por donde caminas y cuáles son tus rutas. Tengo que saber que tal vez nunca te he topado, o todos los días tal vez. Tengo que saber que estos ojos habrán de verse diferentes y ver lo que verías tu.
Tengo que dejar de pensar que todo sucederá como en mi mente, que la mente esta en las calles, en los rincones más lejanos y en los lugares que no he conocido. Tengo que dejar de verme a mi mismo y ver donde estás tu.
Tengo que dejar de buscarte, dejar de filtrar y dejar de fumarme ideas de cómo deberías de ser. Nada va importar cuando sepa cómo lo que estará sucediendo. Tengo que estar pues en cualquier momento podrías estar tu.
Tengo que salir a buscarte, pues no tiene sentido haberlo sabido todo, perder nada y seguir así. Tengo que ser atento pero no analítico, paciente pero con cierta prisa, amable sin noción de burla y buscarte, sin pensar que lo estoy haciendo.
Realmente no sabía nada, pero si sabía que no había nada que no quisiera saber. No sé de ti, pero eso no es todo; todo lo que no sé de ti, es nada… Nada importa ya.


