Cumplir años no son solo 24 horas, son 365 días que pasamos haciéndonos más viejos, más sabios, más expertos, viviendo más… y cuando llega este “ese día”, se pasa tan rápido que caemos en lo banal, lo ridículo y lo emocionante… Como si en 24 horas se nos olvidara todo el tiempo que pasamos para llegar hasta aquí.
En un día como hoy tengo 3 deseos, claros y concisos, los deseos de un cumpleaños:
Deseo más personas que sepan partir el pastel. ¿Por qué compartir el pastel es tan difícil? Nadie sabe cómo cortarlo, o lo cortan mal y se hace un batidero en el que ya no alcanzas a disfrutar el postre. Más personas que sepan integrar organizaciones para cambiar el mundo, que sepan pelar por sus intereses sin desarmar los de los demás. Más personas que sepan compartir el pastel.
Deseo que las velas no se apaguen o al menos duren lo suficiente para pensar en mejores deseos. Porque cuando estas por soplarle a las velitas del pastel el tiempo pasa demasiado rápido, tenemos mucha presión y realmente han de ser pocos los que piensen en un buen deseo. Deseo que el tiempo, aunque efímero, se pueda alcanzar a un grado de satisfacción con las decisiones que tomamos.
Deseo que los abrazos del cumpleaños se sientan igual durante todo el año. Por qué nos pasa que el día que cumplimos años, todo se siente más, se siente diferente, se siente emocionante y se vive con mayor inquietud. Deseo que cada día se sienta al máximo, donde el máximo es el no saber qué va a pasar, pero sabiendo que lo que pase, pasará y será lo mejor.
La ruta de mi cumpleaños con 3 deseos.
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